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sábado, 27 de diciembre de 2014

ABRE LOS OJOS

" Cuántos ciegos serán precisos para hacer una ceguera" (José Saramago)

El día que esta niebla oscura no sea más que luz en mis ojos, celebraré lo que ocurre por donde vaya pasando la vida, lloraré o clamaré por todo lo que no he visto y ahora toma forma en mi retina. Las cataratas son la cortina que durante tiempo, va cerrando tu percepción del color, la forma, el dolor, la vida y el tiempo. Dicen que finaliza el año y que se viene otro. Nunca me ha preocupado este suceso, ni los años, pero sí mi vista cada vez más escasa, en unos ojos cada vez más cerrados. Ahora creo que no veo nada. O todo se me ha hecho más oscuro. Cuando me duele algo en el alma, me suele pasar que veo menos. Presumo que otro puente se ha hundido entre los hombres, convirtiéndose en una nueva trinchera, otro frente de invisibles enemigos. Esto va a ser otra nueva epidemia de ceguera, la que narraba Saramago en su novela. Aunque es diferente, allí nadie veía pero se organizaban entre las tinieblas y de su interior sacaban los más bajos instintos que envilecían más al hombre. Yo hasta ayer tenía amigos, mañana tal vez ya no los encuentre, que los mire y no me vean, se crucen de acera para no tropezarse, lo que ayer eran parabienes y coincidencias, hoy  además de miopía, es silencio.


Cuando veía, creo que nunca vi, me parece que el hombre a la par que levantaba puentes, a poco de hacerlos, los hundía. Penélope tejiendo lo que de noche destejía. El mundo no tiene remedio, ciudades enteras levantadas en un  tiempo record, despobladas se quedaban como museos de cementerios sin muertos. Y sin embargo recuerdo haber visto monumentos, pinturas, obras de arte conservadas en la penumbra de los tiempos. Ayer todo eran fortalezas. Hoy castillo de naipes a poco que sople el viento. Tranvías a ningún sitio, aeropuertos sin alas, campos de golf sin agua. Esto nos deja el año…el sexto de un apocalipsis sin término. La vida se marchita en salobres aguas pantanosas, pestilentes mientras dure esta epidemia de la ceguera.
No era pasajero, no, esta epidemia que enferma al hombre es endémica, las fuentes de las que bebemos han sido contaminadas con el elixir de la soberbia, la ausencia de luz en la naturaleza, se ha convertido en una monstruosa selva de depredación y exterminio. Sofisticados refinamientos, para no dejar huellas en Auschwitz. Estos ojos que solo ven pensamientos únicos,  poder,  avaricia, egoísmo,  estos dioses modernos que destruyen y ciegan, desoyendo al sabio, a la ciencia, la cultura y la conciencia que te habla por dentro.



Abre los ojos, me dijo el otro día un sabio a la puerta de mí casa, abre los ojos aunque no veas, sígueme y camina. Lo seguí a tientas, tropezando las más de las veces, por el camino que mi oído me decía que el sabio transitaba. Escuchaba su voz cadenciosa y suave, sin estridencias, con cierta melodía, mira esta planta a tu camino, es trigo y todo lo que no ves en cientos de kilómetros a la redonda, más trigo. Todos esos árboles y arbustos que tocas para apoyarte, están cargados de frutos,  esos mugidos que oyes son vacas con las ubres bien cargadas de leche. ¿Escuchas? Sí es agua, un manantial sin fin de agua en la que si gustas, extiende tu mano, lava tus ojos, bebe y sáciate. Luego abre los ojos.
Entonces vi  el color y la forma de la vida. Mis ojos veían. Veían trigo, leche, agua, frutos y el sabio comentaba: Hay para todos los que quieren ver. Comprendí de inmediato. Todo cuanto en aquel paseo contemplaba, era suficiente para evitar el hambre del mundo, las necesidades del hombre en su vida. Solo, no lo hubiera visto, necesité de un sabio que me lo hiciera ver, lo que allí delante de nuestra vista existía, desde el inicio de la tierra.
Desde entonces sueño cada vez que el año termina que el hombre un día  encontrará  al sabio que lleva dentro y se apartará del ruido de la ciudad maldita para contemplar un mundo sin barreras, sin fronteras, verde, saludable, trabajando, alimentado y saciando necesidades de los que otros necesitan. 


Por eso cuando comience el nuevo año, mi frase y mi deseo, lo que pediré a 2015 será ABRE LOS OJOS Y MIRA EL MUNDO, VÍVELO DE TAL MANERA, QUE MEREZCA LA PENA RECORDAR.
Hasta el próximo año amigos, que seáis felices. 

La nota de humor:

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